
En ti recuerdo una mujer lejana,
Lejana de mi amor y de mi vida,
A la vez diferente y parecida
como el atardecer y la mañana.
Y hay en tu parecido con la ausente
Tantas afinidades misteriosas,
que me equivoco hablándote de cosas
Que son suyas y mías solamente.
Y te digo que es bella,
porque es bella,
aun que no se decir, cuanto lo digo,
si pienso en ella porque estoy contigo.
O estoy contigo por pensar en ella.
Pero si la encontrara de repente,
tan bella como ayer, o mas acaso,
Le cedería cortésmente el paso,
Con una Cortesía indiferente;
Sin mirarla mas, pero tampoco
Sin separar tu mano de la mía,
Después que ella pasara, te diría:
-“Esa mujer se te parece un poco…”