*Ah, sí, ya abrí mi casa



Ah, sí, ya abrí mi casa
para todo el que llega, 
para todo el que pasa.

Sobran salud y pan, 
y, sin embargo,
hay algo en esta miel 
con sabor amargo.

Y desdeño mis bienes
estos bienes ganados 
con sangre y con lamentos,
y envidio el hombre sucio 
que despide los trenes

viendo crecer sus hijos 
alegremente hambrientos.







 

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