*La Dama de la Rosa


Los que la vieron luciendo aquella rosa
que era como el fragante coágulo de una llama, 
no supieron decirme cuál era más hermosa:
sí la rosa o la dama. 

Los que vieron la dama llevar la flor aquella 
como un broche de fuego sobre su piel sedosa,
no supieron decirme cuál era más hermosa:
sí la dama o la rosa. 

Cuando pasó la dama, fue un perfume su huella. 
Nadie supo decirme si fue la flor, o ella,
la que dejo la noche perfumada. 

Y yo, yo, que la tuve desnuda sobre el lecho,
yo, que corté la rosa para adornar su pecho, 
tampoco dije nada.

 

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