Fue breve aquella noche.
Fue breve, pero bella.
Poca cosa es el tiempo,
que es también poca cosa,
porque nadie ha sabido
lo que dura una estrella
aunque todos sepamos
lo que dura una rosa.
Nuestro amor de una noche
fue un gran amor pequeño
que rodó por la sombra
como un dado sin suerte,
pero nadie ha sabido
lo que dura un ensueño
aunque todos sepamos
lo que dura la muerte.
Una noche es eterna
para el que no la olvida,
y el tiempo nada importa
para el sueño y la flor,
y, como nadie sabe
lo que dura la vida,
nadie sabe tampoco
lo que dura el amor.